Metatérminos

    Hosting

    Todo el código, las imágenes, los textos y los vídeos que vemos en las páginas web no están donde están por arte de magia, sino que necesitan almacenarse en un espacio concreto de la web

    Si no existieran repositorios digitales estables, nadie podría acceder a ningún contenido en línea. Es por ello que el hosting (también llamado host) es un factor indispensable de contemplar tanto para personas como para empresas a la hora de crear un sitio web y mantenerlo.

    El hosting no es más que un servicio de almacenamiento y mantenimiento de los datos de uno o varios sitios web. La mayor ventaja de los servicios de hosting externos es que reducen significativamente los costes derivados del almacenamiento local. Además, garantiza un mantenimiento más eficiente gracias a un soporte técnico especializado y copias de seguridad periódicas.

    Aunque tradicionalmente el hosting se haya ubicado en ordenadores personales o servidores físicos, el cloud computing ha ganado mucha popularidad por su rentabilidad y practicidad. Por tanto, es frecuente que los hostings ya no dispongan de un espacio físico donde se almacenan, sino que están directamente en la nube.

    Cabe mencionar que un hosting no es lo mismo que un servidor. Mientras que el servidor es una máquina que contiene un hosting, un hosting es un espacio virtual más que puede alojarse en un servidor.

    ¿Cómo funciona un hosting?

    Cuando los usuarios queremos buscar un sitio web en Internet, realizamos una búsqueda o accedemos a él directamente en la barra de direcciones. Cuando finalmente entramos al sitio web deseado, nuestro ordenador conectará con el servidor del sitio web pidiéndole los datos de la página web que se quiera procesar. 

    Así pues, el servidor extraerá la información correspondiente del hosting y lo enviará a nuestro ordenador para que podamos ver todo el contenido de la página (HTML, contenido gráfico, música, etc.). 

    Tipos de hosting

    Podemos dividir los hostings existentes en varias tipologías según sus costes y organización:

    Hosting gratuito

    Tal y como se indica, hay servicios de hostings por los que no hace falta pagar. El más conocido es el de WordPress.com que, a su vez, es un sistema de gestión de contenidos.

    La mayor parte de las empresas no tienen un hosting gratuito porque, aunque su coste sea mínimo, no garantiza una conexión rápida entre el hosting y el servidor y resta cualquier control que pueda tenerse sobre el alojamiento de datos del sitio web.

    Hosting compartido

    Este tipo de hosting consiste en un servidor que aloja varios hostings pertenecientes a diferentes sitios web. Es decir, comparten un mismo espacio de almacenamiento. El hosting compartido es la opción a la que más recurren las empresas, ya que suele ser bastante asequible y seguro. 

    Sin embargo, puede haber sitios web que tengan una cantidad de información tan abismal a los que no les convenga un hosting compartido por cuestiones de velocidad de carga.

    Hosting dedicado

    Si un sitio web es muy grande y recibe mucho tráfico, una empresa puede plantearse contratar un servicio de hosting dedicado. Es decir, se dedicará un servidor exclusivamente a las necesidades de alojamiento de datos del sitio web. 

    Aunque en cuestiones técnicas tener un hosting dedicado es idóneo, su precio puede llegar a ser desorbitado para muchas empresas.