IA en los videojuegos: la creación de mundos virtuales con posibilidades infinitas
Los avances de la IA, que en estos últimos años han sido mayúsculos, han dejado una huella muy profunda en muchos sectores, y la industria de los videojuegos no iba a ser una excepción. La inteligencia artificial ha dado un giro radical a la experiencia lúdica de los jugadores, haciendo que los juegos ganen en realismo y en complejidad. Gracias a la IA, los desarrolladores pueden crear NPC (non-playable characters, o personaje no jugable en español) mucho más inteligentes que antes y con un rango de interacciones más rico. Por extensión, con la IA también se pueden crear enemigos más complicados y no tan predecibles como los que hemos visto en los juegos de toda la vida. Es con la IA que todos los aspectos de un juego pueden adaptarse a la forma de jugar de un jugador, su habilidad y las preferencias que vaya expresando a lo largo del tiempo de juego.
Así pues, la popularización y generalización presente de la inteligencia artificial ha traído mejoras indiscutibles a las mecánicas de los videojuegos que también se han dejado notar en ciertos elementos narrativos relacionados con la forma en la que los jugadores pueden interactuar con otros personajes y enemigos. De esta forma, los videojuegos resultan más humanos, menos predecibles y más estimulantes para los jugadores. Podemos ir despidiéndonos de jefes con patrones de ataques repetitivos y las líneas de diálogo fijas desde el principio hasta fin del juego e ir dando la bienvenida a una generación de videojuegos que se adapta a las destrezas de cada usuario y que proporciona una narrativa realista y más creativa.
Videojuegos más realistas
Uno de los aspectos más revolucionarios de la IA es que, gracias a ellas, los desarrolladores pueden crear videojuegos más realistas, tanto en su narrativa como en sus gráficos. La IA generativa es capaz de procesar miles de datos gráficos para generar imágenes a nuestro gusto a través de prompts, por lo que una IA integrada en el motor de un videojuego puede crear gráficos muy realistas que se amolden perfectamente a la esencia de cada nivel. Si bien ya existen juegos con gráficos hiperrealistas como es el caso de Stray, Grand Theft Auto 5 o Cyberpunk, la IA facilitaría el trabajo de los desarrolladores, ya que tendrían acceso a imágenes mucho más realistas y refinadas en tiempo récord.
De igual forma, la IA puede corregir defectos en las mecánicas del juego y en las animaciones físicas de los personajes y los objetos móviles en los videojuegos para que se asemejen más a la realidad y se muestren de forma más natural para los usuarios. Si combinamos todo el potencial de la IA con la incipiente realidad virtual, obtenemos un cóctel de colores y experiencias realistas que sumergirían a los jugadores en un mundo virtual que, en ocasiones, sería complicado distinguir del terrenal. Aunque esta etapa del desarrollo de la IA y las llamadas nuevas tecnologías todavía no ha llegado, no es complicado alcanzar a divisarla en el horizonte de lo posible.
NPC con vida propia
Los personajes no jugables son aquellos con los que puedes interactuar, pero cuya conversación se suele limitar a repetir en bucle las mismas dos frases durante todo el juego invariablemente. En algunos casos, hay NPC que contribuyen de forma decisiva a la trama y avance del videojuego, pero la mayoría sirven de mera ambientación o como relleno. Con la inteligencia artificial, los NPC parecieran cobrar vida propia y actúan de forma más autónoma; se desprenden de sus guiones trillados y sumamente limitados. Estos nuevos NPC conversan de manera más natural, se adaptan a las circunstancias del videojuego, que van cambiando a medida que tomamos decisiones y avanzamos; incluso pueden aprender y ofrecer nuevos diálogos personalizados después de haber interactuado con el jugador.
Esto, a su vez, abre la puerta a diseñar tramas mucho más complejas y ricas en las que los personajes no jugables se sienten más vivos y con mayor protagonismo. Las diferentes vías del desarrollo de la trama principal o las subtramas de los videojuegos pueden ir variando en función de las decisiones que el jugador vaya tomando a lo largo de la partida y tener unas consecuencias u otras. Sin duda, el impacto de la IA en los videojuegos haría incrementar su rejugabilidad o replay value, es decir, que podría jugarse varias veces gracias a ofrecer experiencias de juegos diferentes.
Generación por procedimientos enriquecida
La magia de los mecanismos de generación por procedimientos (también llamada generación procedural) es la funcionalidad de software que genera contenido de forma aleatoria, haciendo que la experiencia del jugador sea más dinámica y divertida. Es decir, la generación procedural crea automáticamente niveles con diferentes estructuras, enemigos y elementos sin necesidad de que los desarrolladores vayan editándolos pixel por pixel.
Como ya hemos comentado, la IA generativa es capaz de crear contenido gráfico de todo tipo con un elevado nivel de precisión. Gracias a los algoritmos de inteligencia artificial, los desarrolladores ya pueden crear mundos enteros en videojuegos estableciendo unas reglas con mucho menos esfuerzo. Sin embargo, esto no quiere decir que la IA pueda diseñar un juego lo suficientemente inmersivo y complejo de la nada. También la generación procedural por IA puede repetirse con mucha frecuencia, ya que sus algoritmos se basan en patrones reiterados. Aun así, la generación procedural con IA es un gran avance que sirve como apoyo en proyectos de videojuegos grandes.
Ejemplo de videojuegos que usan IA
Cabe destacar que a la IA, entendida como el potente avance reciente de los grandes modelos de lenguaje, todavía le queda un camino para que pueda implementarse de lleno en los videojuegos. Sin embargo, hay sistemas más rudimentarios de inteligencia artificial propios de cada videojuego que llevan empleándose desde hace décadas como el pathfinding o los árboles de decisiones. Los algoritmos de pathfinding se utilizan para definir cómo han de moverse los personajes en un videojuego hacia otro elemento. Por otra parte, un árbol de decisiones consiste en una red de alternativas que se le presentan a un jugador en el transcurso de un juego en la que tiene que decantarse por una u otra con sus posteriores consecuencias. Estos conceptos no son exclusivos del mundo de los videojuegos, sino que surgen de disciplinas como la robótica o el análisis de datos.
Un videojuego perfecto que ejemplifica el potencial de la inteligencia artificial es el afamado The Binding of Isaac. En este juego escoges un personaje y tienes que ir superando niveles hasta alcanzar un punto muerto. Puedes ir adquiriendo power-ups generados de forma aleatoria que potenciarán tus habilidades. Hay diferentes tipologías de niveles, cada una con sus propias características, objetos, recompensas, habitaciones secretas o especiales, enemigos y jefes. Gracias a la generación procedural, cada partida es diferente. Siempre que el jugador empieza una partida o pasa de un nivel a otro, el motor del juego genera un nivel con una estructura arbitraria y una combinación de enemigos única. Además, dentro de sus algoritmos de generación procedural también se tienen en cuenta los stats del jugador, por lo que el juego modula la dificultad automáticamente a la hora de generar un nivel.
Es gracias a estos algoritmos inteligentes que The Binding of Isaac goza de tanta popularidad gracias a que ninguna partida es igual a otra, ofreciendo experiencias de juego muy divertidas (hasta adictivas) y variadas. Ahora, con la irrupción de la IA en todos los ámbitos de nuestra vida, la industria de los videojuegos está aprovechando una oportunidad de oro para producir videojuegos todavía más sorprendentes, originales y humanos.
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