¿Cómo implementar las metodologías ágiles en proyectos de desarrollo?

En LinkedIn y en otros entornos corporativos se emplea jerga un tanto críptica. Por ejemplo, se habla muchas veces de proyectos ágiles o metodologías ágiles como Scrum o Kanban. Si no tienes muy claro qué son las metodologías ágiles y cómo se aplican al mundo de la informática y del software, ¡este artículo es para ti!

Las metodologías ágiles son un enfoque de gestión de proyectos que divide macrotareas en pequeños microobjetivos más concretos enfatizando la colaboración y la retroalimentación continua. Estas formas innovadoras de trabajar se consolidaron en los equipos de desarrollo de software a principios del siglo XXI en forma de crítica a los manidos modelos cascada que antes solían implantarse. 

Así pues, las metodologías ágiles suponen una ruptura con un modelo organizacional poco útil que no solo han penetrado en el desarrollo de software, sino que también tiene sus aplicaciones en otros campos como el marketing o el diseño.

Manifiesto ágil

Este manifiesto es un fiel reflejo de los principios que fundamentan las metodologías ágiles y demuestra de forma sucinta qué es lo que las diferencia de otras metodologías anteriores. Los puntos clave del manifiesto ágil son:

Los individuos y las interacciones priman sobre los procesos y las herramientas

Este principio pone en relieve la importancia de las personas y cómo interactúan en un equipo de desarrollo. Aunque los procesos y herramientas son necesarios, el enfoque está en que los miembros del equipo colaboren de manera efectiva fomentando unas vías comunicación abiertas, la colaboración y la sinergia entre los individuos son clave para lograr el éxito del proyecto. 

El software operativo prima sobre la documentación detallada

La documentación en un proyecto se refiere a la creación y organización de registros escritos, gráficos o multimedia que describen aspectos como objetivos, procesos, decisiones y detalles técnicos, con el propósito de proporcionar información clara y accesible sobre el proyecto y sus componentes. Los enfoques ágiles promueven la entrega temprana y frecuente de versiones del software que los usuarios pueden probar y utilizar, lo que facilita la retroalimentación y la adaptación continua.

La colaboración con el cliente prima sobre los acuerdos contractuales

En lugar de centrarse únicamente en acuerdos contractuales rígidos, los métodos ágiles enfatizan la colaboración continua y cercana con el cliente. Es decir, nuestro trabajo ha de trascender lo estipulado en un papel, trabajando junto al cliente durante todo el proceso de desarrollo, recibiendo su feedback y adaptando el producto en función de sus necesidades cambiantes.

Dar respuesta a los cambios y contratiempos prima sobre seguir un plan preestablecido

En lugar de adherirse estrictamente a un plan inicial, los equipos ágiles son capaces de adaptarse y responder a cambios repentinos o nuevos requisitos. La flexibilidad para ajustar la dirección del proyecto según sea necesario permite aprovechar oportunidades y enfrentar contratiempos y engorros de manera más efectiva.

Etapas de las metodologías de desarrollo de software ágil

Antes de explicar las etapas fundamentales de las metodologías ágiles, hemos de explicarte que todos los proyectos ágiles se dividen en sprints. Se trata de un período de tiempo fijo y corto (generalmente de 1 a 4 semanas) en el que un equipo de desarrollo trabaja en la implementación y entrega de un conjunto específico de funcionalidades o características del producto. En términos simples, es un plazo de tiempo para el que se deben haber efectuado una serie de tareas concretas.

Así pues, las etapas de la metodología ágil son:

Determinación de alcance y prioridades (en inglés, concept)

Este primer paso comprende identificar oportunidades de negocios en los proyectos. Además, es primordial para estimar los tiempos y las cargas de trabajo necesarias para completar el proyecto de forma satisfactoria. Una vez se tenga esto decidido, se procede a priorizar proyectos en función de los recursos disponibles y de su rentabilidad.

Requisitos y necesidades (en inglés, inception)

Se escogen a los miembros del equipo que van a llevar a cabo el proyecto y se organiza una reunión con el cliente para perfilar qué requisitos va a tener el producto de desarrollo. En esta etapa el gestor de proyectos ha de diseñar un diagrama exhaustivo en el que quede claro toda la temporalización de cada sprint, las tareas por realizar (también llamado backlog) y quién o quiénes van a responsabilizarse de cada una.

Iteraciones (en inglés, sprints)

Ya hemos explicado antes que los sprints son pequeños períodos limitados por un plazo y un conjunto de tareas. El desarrollo de software ágil se basa en iteraciones que, cuando se van superando, conducen a la culminación total del proyecto. Estas iteraciones comprenden la detección de errores, consultas con los stakeholders, respuesta a cambios, resolución de errores, documentación del progreso del proyecto e integración de las modificaciones en el ambiente de producción.

Puesta en producción (en inglés, realeasing)

Se hace un control de calidad (QA) final para solventar cualquier fallo o defecto del producto de software, se documentan todos los avances del último sprint y se pasa a producción.

Producción

Esta etapa se podría entender simplemente como una necesidad de soporte continuo. Hay que vigilar de posibles fallos en el producto, recibir feedback por parte de los usuarios y realizar labores de mantenimiento hasta que se retire el producto o hasta que venza el contrato del proyecto.

Retirada

Esto consiste simplemente en retirar el producto del mercado, bien sea porque se va a lanzar una nueva versión, porque el producto no ha cumplido con sus expectativas o porque su ciclo de vida ha llegado a su fin de forma natural. En la etapa de retirada se notifica a los usuarios del cese del software y se migra su contenido si se requiere.

Consejos para implementar las metodologías ágiles en un equipo de desarrollo de software

¿Quieres empezar a emplear una metodología ágil en un proyecto de software? En EducaOpen te proporcionamos unos consejos básicos pero muy efectivos para que puedas sembrar la filosofía ágil en un equipo de TI. 

Antes de empezar, asegúrate de que todo el equipo tenga una comprensión clara de los principios y valores fundamentales de las metodologías ágiles. 

Fomentar la colaboración, adaptación constante y entrega de valor incremental son conceptos clave que deben internalizarse y con los que no todos los miembros del equipo pueden sentirse a gusto de primeras.

A la hora de asignar diferentes tareas en equipos, ten en cuenta las habilidades y gustos de cada uno de sus miembros. Mientras más se ajusten a sus destrezas y preferencias, más eficiente será la organización del proyecto. Por ello, debes formar equipos interdisciplinarios que incluyan a miembros con diferentes habilidades y conocimientos.

Aunque no se nombre específicamente en ninguna de las etapas ágiles explicadas con anterioridad, la retroalimentación constante es esencial para ajustar el rumbo y garantizar que el proyecto se alinee con las necesidades del cliente. Por tanto, debes escoger canales de comunicación abierta que faciliten un intercambio de ideas y feedback rápido y participativo.

Recuerda que la priorización de tareas debe ir en consonancia con lo que el cliente y los usuarios finales van a percibir como más importante. A la hora de priorizar unas tareas sobre otras debemos adoptar una mentalidad más empresarial que técnica con el fin de identificar los procesos más relevantes para los entregables en cada sprint.