Metatérminos

    Sprint

    Al hablar de metodologías ágiles, el sprint se define como un período de tiempo definido y corto, típicamente de una a cuatro semanas (aunque esto puede variar según lo estipulado por la empresa), durante el cual se lleva a cabo el trabajo en un proyecto. 

    Durante el sprint, todo el trabajo del equipo se centra en completar un conjunto específico de tareas o actividades que se han definido previamente en la lista de tareas pendientes (también llamada backlog) del producto. Al finalizar el sprint, se espera que el equipo haya completado las tareas planificadas para dicho período, de manera que se haya avanzado hacia la culminación del proyecto final.

    ¿Cómo funciona un sprint?

    Antes de nada, es necesario idear el contenido del sprint. Para ello, se debe convocar una reunión específica para planificar el sprint con todo el equipo. Así pues, se trata de una reunión colaborativa en la que todos los miembros del equipo deben colaborar para responder dos sencillas preguntas en este orden: ¿qué trabajo se puede y se debe llevar a cabo en este período de tiempo?, y ¿cómo se va a realizar este trabajo propuesto?

    Los miembros de esta reunión pueden variar según la estructura y jerarquía empresarial. Por norma general, las metodologías ágiles se aplican sobre todo a los equipos de desarrollo, por lo que deberán reunirse todos los desarrolladores y programadores, team leaders, el scrum master y el jefe de producto si lo hubiera. El jefe de producto trataría y compartiría todos los objetivos que deberán cumplirse en el sprint y redacta el backlog (lista de tareas pendientes) correspondiente.

    Se le asignan estas tareas al resto del equipo y todos los miembros exponen qué medios van a emplear para llevar a cabo las labores que se les ha encomendado. Después de la reunión, debería haber quedado todo claro para que el equipo de desarrollo pueda ponerse manos a las obras y puedan dar comienzo al sprint.

    A lo largo del sprint, van sucediéndose comprobaciones por parte del equipo de gestión de proyectos sobre cómo van avanzando los puntos del backlog. Evalúan qué tareas siguen en progreso y cuáles se han completado para identificar cualquier atasco o dificultad que pudiera poner en compromiso la terminación exitosa del sprint.

    Es al final del sprint cuando se evalúa definitivamente qué se ha llevado a cabo y de qué forma, para poder mejorar los flujos de trabajo en el siguiente sprint que está por venir. El scrum master deberá concertar cuantos sprints sean necesarios hasta dar por terminado el proyecto.

    Etapas de un sprint

    A modo de resumen, un sprint contiene las siguientes etapas:

    • Planificación del sprint: El equipo se reúne para definir los objetivos del sprint y selecciona los elementos del backlog por completar.
    • Desarrollo: Se implementan los flujos de trabajo para dar respuesta a las tareas seleccionadas. Todos los miembros del equipo colaboran activamente para resolver problemas.
    • Reuniones diarias: Se organizan breves encuentros diarios para sincronizar al equipo. Se comparten los avances y los obstáculos que cada miembro se vaya encontrando.
    • Finalización del sprint: Se demuestra el trabajo completado al cliente o al jefe de producto y se procesa la retroalimentación para futuras iteraciones.
    • Retrospectiva del sprint: Se hace una evaluación interna del equipo sobre qué funcionó bien y qué se puede mejorar.
    • Iteración: Se planifica el siguiente sprint, en el que se reflejará la retroalimentación recibida y en las prioridades del backlog.

     

    Mejores prácticas de sprint

    Te dejamos las mejores prácticas para planificar, ejecutar y evaluar los resultados de los sprints:

    • Los objetivos del sprint deben quedar claros para todos los miembros del equipo y estar consensuados, para garantizar que sean realistas y que todos sepan cómo proceder. 
    • Es esencial meditar qué tareas preceden a otras, tanto por necesidad como por exigencias del cliente, y establecer un orden prioritario fijo.
    • Es mejor desmenuzar las tareas complejas y grandes en pequeñas labores. De esta forma, los desarrolladores pueden enfocarse ordenadamente en objetivos pequeños y alcanzables, en vez de tener que abordar una tarea monstruosa y liosa en todo su esplendor.
    • El scrum master o project manager es el que debe llevar la voz cantante en la organización ágil de los sprints, ya que para eso lo han contratado como experto en la materia.
    • Está bien realizar reuniones periódicas para comprobar el estado de las tareas, pero no hay que abusar. Un error muy común en los sprints es concertar demasiadas reuniones sin rumbo ni fruto que ralentizan significativamente los flujos de trabajo.
    • A la hora de asignar tareas hay que hacerlo desde una perspectiva colaborativa y teniendo en cuenta todos los talentos multidisciplinares que se pueden encontrar en los miembros del equipo.
    • Es recomendable representar visualmente en un dashboard el progreso del sprint y las tareas del backlog que se van completando.
    • Con el fin de realizar una evaluación concienzuda y data-driven, es necesario establecer métricas de rendimiento concretas para valorar la eficacia del sprint y realizar ajustes en futuras iteraciones.